Desde los salones del poder emanan las listas negras de aquellos que son calificados como "subversivos", como amenazas ideológicas peligrosas, entre ellos, se encuentran los sectores de la izquierda peronista, y los comunistas, propulsores de la verdadera revolución.
La sombra de las Fuerzas Armadas enceguece al pueblo, que posee sus ojos cerrados por el miedo y el desconocimiento, sin lograr distinguir los horizontes de su libertad, que le ha sido vilmente arrebatada por un gobierno autoritario. Los derechos humanos entraron en una etapa de receso, y numerosos luchadores están siendo silenciados.
Durante su gobierno, Isabel Perón, de la mano de López Rega, se ha encargado de fortalecer aún más la presencia de la derecha peronista. La censura de prensa, la intervención de las provincias disidentes y facultades, y la creación de la sanguinaria Triple A, han preparado el camino a los nuevos invasores. Estudiantes, sindicalistas, intelectuales, profesionales y otros han desaparecido.
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